Cuando piensas que el refugio ya no son sus manos.
Que el viento ha hecho de los guerreros, muros caídos
y el invierno es tan sólo un murmullo que abraza las nubes y moja tu abrigo.
Escucho sentada los árboles que invocan con sus hojas los nombres, los pájaros que yacen dormidos.
El agua que discurre salvaje, nocturna entre la niebla del río.
y siento que Gea me dice, no temas pequeña, transcribe el mensaje, cuida de la Tierra y también de este Parque.
La fauna, la hierba, el mundo, todo lo que te rodea.
Bienvenida al Parque Nacional de Monfragüe.
María Palacios Pérez